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Él o Yo: Una Decisión Difícil

Él o Yo: Una Decisión Difícil

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Hola, tengo 38 años y vivo en la Ciudad de México. Trabajo como policía y me iba bien. Un día, en una cena, conocí a una persona que, de entrada, no me interesaba. Terminó la fiesta y me retiré a mi departamento sin que me interesara. Estaba lista para mis vacaciones en la playa, siendo soltera y sin compromisos. Al finalizar mis vacaciones, recibí un mensaje de una amiga, informándome que el amigo de la fiesta les había pedido mi número y que sí podían dárselo. Algo dentro de mí decía que no, pero le dije que sí. Al día siguiente, me escribió de manera educada y amable, y así continuó hasta que él me recogió en el aeropuerto. Salimos a comer y a tomar una cerveza, y al día siguiente empezó a ser más directo hasta que finalmente me dijo que quería andar conmigo. Tenía buen cuerpo y un aire de don Juan. Pasó un tiempo y él me escribía constantemente. Al finalizar el mes, ya vivíamos juntos y me escribía a todas horas, incluso marcaba a mi oficina, lo que alegraba mi día.

Así estuvimos por dos meses en una especie de luna de miel. Al tercer mes, recibí un mensaje diciéndome que me alejara, que él tenía novia. No hice caso, pero la novia era bastante insistente. Le pregunté y me contestó que no era su novia, sino su ex, y que habían terminado porque ella le había sido infiel, y que no le hiciera caso. Al finalizar el tercer mes, la chica me buscó para decirme que él había sido el infiel con una señora de Las Lomas. Me sentí mal, pero seguí adelante.

Tuve que salir de comisión por dos meses, pero para mi mala suerte él me buscaba cada fin de semana. Aun así, más me enamoraba y como ya vivíamos juntos, me pidió las llaves de mi departamento. Un día llegó un viernes y fue un fin de semana mágico, pero algo en mí se sentía muy extraño. Bajé de peso en una semana y noté que mi cuerpo se puso muy bonito. A los tres días, me notificaron que regresaba a la Ciudad de México y yo feliz, quería verlo. No le avisé y cometí un error. Cuando llegué a casa, vi una bolsa que no era mía, ropa de mujer y tacones en la sala. Cuando abrí la habitación, encontré al "cucaracho" y otra chica de mi oficina en mi cama. Lo único que hice fue correr a los dos de mi departamento y me pasé dos días llorando y faltando al trabajo. Me sentía morir.

Después de una semana, me marcó para pedirme disculpas, diciendo que se sentía solo y por eso lo hizo. Yo ya estaba encantada con él y lo acepté de nuevo, aunque mi cuerpo se había vuelto muy bonito. Cabe aclarar que nunca he tenido caderas ni pompas y yo tenía un bonito cuerpo. Tontamente, le di crédito y seguimos teniendo relaciones diarias. Siempre he sido alérgica y me da asco la sopa, pero esa vez tenía antojo de sopa. Por mi trabajo, me hacían exámenes de sangre y cuando me los entregaron, decía que estaba embarazada de un mes y el padre era el cucaracho.

No le dije ese día, oculté mi embarazo por dos semanas. No quería decirle porque él me había dicho que regresó conmigo, pero no quería nada serio. Como una tonta, no quería que se alejara de mi lado, así que no se lo conté. Fui a hacerme un examen para saber las semanas de gestación y quedaron en enviarme un texto con el resultado. Para mi mala suerte, él llegó de noche de sorpresa, me entró una llamada y le dije que contestara. Cuál fue mi sorpresa cuando llegó también mi resultado. Me dio una cachetada y me dijo que decidiera entre el bebé o él. Si era el bebé, jamás me daría nada y estaría sola si lo elegía a él. Me dijo que me olvidara de embarazarme y que jamás me atreviera a decir que éramos pareja.

Sus palabras me hicieron tanto daño. Esa noche lloré y pensé que era mejor renunciar a mi bebé. Hice una cita para "ya sabes". Al llegar a la clínica, vi a una mujer con dificultades para ser madre y pensé que si de verdad un "hombre" valía la pena, no debía deshacerme de alguien que no pidió venir al mundo. Salí corriendo y lloré. Él llegó por la noche y me preguntó si lo había hecho. Con una sonrisa, pensando que me deshice del bebé, para su sorpresa le dije que no. Se puso furioso, sacó toda su ropa y me abofeteó. Me dijo que no pensara en pedir pensión. Fue horrible esa noche y las demás, pero conforme pasaban los meses, me di cuenta de que fue mi mejor elección: mi hijo, mi compañero.

Él me pasaba chicas guapas cada fin de semana. Los primeros meses lloraba, pero después entendí que no podía seguir así. Así que di vuelta a la página y abracé a mi hijo. Hasta ahora no sé nada de él, pero sé que embarazó a otra chica el "cucaracho". Ha buscado a mi hijo, pero me da miedo que le parta el corazón a mi hijo como él lo hizo conmigo. Eso no sería justo. Desde entonces, no sé mucho de él.

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